La importancia del equilibrio entre pensar y ejecutar
La importancia del equilibrio entre pensar y ejecutar es vital en la farmacia. De nada nos sirve que haya muchas manos ejecutantes, si no existe una cabeza pensante; ni tener una cabeza pensante, sin las suficientes manos para llevarlo a la práctica.
La importancia del equilibrio entre pensar y ejecutar parece obvia, y sin embargo, es uno de los problemas frecuentes en la farmacia.
Danza de las 1.000 manos
Voy a utilizar, como ejemplo, la danza de la mil manos. Una coreografía del artista de origen chino Zhang Jigang. Ejecutada por una compañía formada por 63 bailarinas sordas que, con la ayuda de cinco directores de escena, logran una sincronización perfecta.
Este grupo de 63 bailarinas salen a escena. Como ya he comentado, todas ellas son sordomudas. Solo se guían observando a sus entrenadores en las cuatro esquinas del escenario. No pueden escuchar la música: sienten las vibraciones y usan la vista para seguir el ritmo de la coreografía. Están tan coordinadas que hacen creer a los asistentes que sólo hay una bailarina encima del escenario.
Esto es posible gracias al equilibrio absoluto entre la cabeza pensante y los brazos ejecutantes, conseguida con una perfecta comunicación entre ellos, la coordinación y el trabajo en equipo.
Importancia del equilibrio
1- En muchos casos, la cabeza o cabezas pensantes, están preocupadas y ocupadas en ejecutar. En apagar fuegos, y hacer lo urgente, que no lo importante. Y, ante eso, todo el equipo acaba haciendo lo mismo. Correr de una tarea a la otra, sin planificación, previsión, ni organización. De este modo, es imposible que consigamos objetivos, ya que ni ni hemos parado a pensarlos.
2- En otras ocasiones, la cabeza pensante piensa, y lo hace bien. Pero falla en la organización y transmisión de sus ideas al equipo. Vaya, se piensa, pero no se plasma ni comunica adecuadamente, por lo que, finalmente, no se lleva a la práctica.
3- También puede ocurrir que la cabeza pensante, no cuente con los suficientes brazos ejecutantes. Nuestro equipo es demasiado pequeño para lo que queremos hacer o para el trabajo que hay que hacer. En este caso, o contratamos más personal, o contamos con profesionales externos que puedan ayudarnos o realizar las acciones que nosotros no podemos o no sabemos hacer.
Todas las situaciones, son malas.
Lo perfecto es que se dé el equilibrio entre cabeza pensante y manos ejecutantes.
De otro modo, es realmente complicado conseguir objetivos.
Comenzar por el principio
Más fácil decirlo que hacerlo (como pasa siempre). Pero es fundamental, comenzar definiendo qué farmacia somos. Cuáles son nuestros valores, misión y visión, para, a partir de ahí, crear nuestro plan de empresa.
Las palabras misión, visión y valores, han sido tan mal utilizadas que parece que han perdido su sentido y valores reales. Las hemos visto utilizada en miles de páginas web, blog, etc., en muchos casos a modo “corta y pega” de otras web. Vaya, un total sin sentido.
Para saber a dónde quieres ir, debes primero decidir qué eres y qué quieres.
Por ello, la definición previa de los valores, misión y visión de la farmacia son primordiales.
Además, es imposible que tu equipo ejecute, sino está alineado con la filosofía de la empresa y no conoce sus valores, su esencia, y los comparte.
Por ello, lo primero es definir qué farmacia somos o queremos ser, y a partir de ahí, definir un plan de acción, con objetivos claros -SMART: específicos, medibles, alcanzables, realistas y acotados en el tiempo. Que puedan ser ejecutados por el equipo sin problemas.
Plan de Acción
Si queremos conseguir nuestros objetivos, tenemos que tener un plan de acción.
Este debe decir hacía dónde nos dirigimos y qué hacer para llegar hasta allí.
Por eso, debe ser claro, conciso y directo. Dividido en objetivos Smart, adaptados a cada uno de los componentes del equipo, para lograr los objetivos individuales y el objetivo común de la farmacia.
Sobre el papel, puede parecer fácil. Pero no lo es.
Debemos analizar bien cuál es la situación real de la farmacia, a través de un análisis situacional.
Conocer bien las capacidades de cada persona del equipo para adaptar los objetivos y repartir las tareas de la forma más adecuada para ganar eficiencia.
Fijar un plan de acción con metas parciales que nos sirvan para medir el grado de cumplimiento o desviaciones, a lo largo del año, para poder corregirlas.
Ejecución
Tenemos que tener en cuenta que en una situación tan cambiante como la actual, hay que revaluar los objetivos, cada poco tiempo, para saber si siguen adaptándose a la situación real del mercado y de la farmacia.
En estos casos, contar la visión de un profesional experto, es una gran ventaja. Nos aporta una mirada fresca y objetiva sobre nuestra farmacia, nuestro entorno y el grado de cumplimiento o desviación del objetivo inicial. Cuándo se es “arte y parte” es más complicado mantener la mente clara para ver la situación real en la que nos encontramos.
Un profesional externo, nos ayudará a no desviarnos de nuestro objetivo, o ser capaces de adaptarlo a las nuevas circunstancias del mercado, con rapidez. Nos dará una visión imparcial y nos ayudará a poner en común la visión de todos los miembros del equipo sobre el trabajo desarrollado y la idoneidad de los objetivos propuestos.
Trabajar con herramientas de control, como la metodología canva, hará que resulte más fácil llevar a la practica todo el proceso.
Como todo en la vida, es cuestión de ponerse a ello, con el asesoramiento del profesional adecuado para garantizarse implementar un plan de acción con éxito para tu farmacia.
Si necesitas la ayuda de FarmaFlow, no dudes en ponerte en contacto.
https://youtu.be/-jhUKMH3cjw