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Cuestión de Actitud

Cuestión de ACTITUD

Si podemos hablar de profesionales con un excelente grado de formación, esos son los farmacéuticos. Son los únicos profesionales expertos del medicamento, y por tanto, excelentes profesionales del consejo de salud. Sin embargo, a menudo me encuentro con profesionales a los que se les “hace duro” el día a día en la farmacia. A los que el “mostrador” les parece más un campo de batalla que un lugar dónde desarrollarse y poner en práctica todos sus conocimientos y/o experiencia. Esto se debe en muchos casos a una cuestión de actitud, que puede generalizarse a todos los profesionales de la oficina de farmacia. Romper este círculo vicioso es cuestión de decisión.

Para que las cosas cambien, tenemos que cambiar nuestra modo de actuar.

Si nuestra ACTITUD es POSITIVA, nuestra día a día será POSITIVO.

                     Si nuestra ACTITUD es NEGATIVA, todo en nuestro día se convertirá en NEGATIVO.

Cambiar las cosas requiere  ACCIÓN por nuestra parte.

Es una cuestión de ACCIÓN / REACCIÓN.

Para disfrutar más de nuestro trabajo en la oficina de farmacia y no frustrarnos en el día a día, podemos seguir estos pasos:

1. SONRÍA POR FAVOR: No hay nada en el mundo más contagioso que una sonrisa o una risa. Si tu sonríes, tus clientes terminarán sonriendo. No hay nada más agradable que ser atendido por alguien simpático, que te reciba con una sonrisa. Esa es una arma infalible para generar confianza y crear lazos de fidelidad con el cliente.

2. AQUÍ Y AHORA: Pasado y futuro no existen. Tan sólo existe el AHORA. Céntrate en el cliente que tienes delante. No pienses en la mala contestación del cliente anterior, o en el pedido que tienes que recepcionar. Cuándo estás en el mostrador no existe nada más que el cliente que tienes delante. Sólo te importe él. Házselo saber. Simpatía, empatía y atención para que sienta que realmente el es lo importante. Tu cabeza no puede estar en ningún otro sitio.

3. ACCIÓN: Cuentas con las capacidades, los conocimientos sobre el producto y las patologías. Tu cliente/paciente está delante. Confía en ti, sólo tienes que lanzarte a preguntarle qué necesita. Una vez que inicies la ACCIÓN, obtendrás una REACCIÓN (sus respuestas), que te llevarán a poder ofrecerle tu consejo y conocimiento.

4. ESCUCHA ACTIVA: El dicho “tenemos dos orejas y sólo una boca porque hay que escuchar más que hablar”, tiene gran parte de razón. Debemos escuchar realmente al cliente. Estar atento a lo que nos dice con sus palabras y con sus gestos. No nos adelantemos, no demos las cosas por sabidas. No pongamos palabras en su boca. Pregúntale lo necesario para poder aconsejarle mejor. Al principio sólo hablarás para preguntar, sólo al final, cuándo tengas toda la información necesaria, le ofrecerás el consejo adecuado a su caso concreto.

5. CUESTIÓN DE CONFIANZA: Si das buenos consejos a tus clientes, más confianza generas. Generas confianza en el cliente al que solucionas un problema, y le ofreces un consejo para mejorar su calidad de vida, de salud, o de estética. Generas confianza en ti mismo, ya que esa misma confianza que generas en el cliente, hace que te sientas más seguro con lo que estás haciendo. Es la ACCIÓN/REACCIÓN de la que hablábamos. Cuánto más practiques el consejo más seguro te sentirás haciéndolo.

6. SÉ UNA ESPONJA: Cuántos más conocimientos adquieras sobre las ventajas y beneficios de los productos/servicios que puedes ofrecer a tus clientes, más seguro te sentirás para ofrecer consejo. Además, estos serán de más adecuados y de mayor calidad, y con ello conseguirás, no sólo ganarte la confianza del cliente, si no que adquiera aquel producto o servicio que tú le aconsejas.

7. METAS Y OBJETIVOS: Debemos buscar la satisfacción en la realización de nuestro trabajo diario. Por ejemplo, marcándonos objetivos o metas para realizar. Pueden ser de muchos tipos, por ejemplo: conocer las características de una gama de productos, sus diferencias y las ventajas para el paciente. Y, después, ponerlas en práctica ofreciendo consejos prácticos de dispensación a cada paciente.

8. SÉ POSITIVO: Nada de quejas, sólo son excusas. Las cosas nunca salen bien a la primera. Una actitud negativa no lleva a ninguna parte, sólo genera desgaste y desánimo. Si un cliente te da una mala contestación, no valora tu consejo, o te dice que no a lo que le ofreces: NO PASA NADA. El ser humano tiene una tendencia natural al no. No te preocupes, el próximo día, si tu consejo ha sido adecuado, seguramente su respuesta sea un SI.

9. TRABAJA EN EQUIPO: Sé un buen compañero, en todos los sentidos. Con tu actitud (tu sonrisa, tu palabra amable, tus “buenos días”). Con tus acciones (apoya a aquellos compañeros que tienen carencias y tu puedes ayudarles, colabora en todas las acciones de trabajo en equipo, etc.) Un buen ambiente de trabajo hace que cualquier trabajo sea agradable, nos aporta una gran calidad de vida y se traslada a nuestros clientes. “Se respira en el ambiente” si entras en un lugar dónde la gente suma.

10. SIEMBRA PARA COSECHAR: Si atiendes bien a tus clientes, te preocupas por ellos y les ofreces buenos consejos farmacéuticos, no necesitarás vender. Tu cliente comprará. Ese es el mayor secreto de ventas. AYUDA a tu cliente para que su calidad de vida sea mejor. Normalmente, nadie rechaza un buen consejo de salud.

Todo en esta vida es más cuestión de ACTITUD que de APTITUDES.

Si tu ACTITUD es POSITIVA, no habrá nada en el día a día que se te resista. 

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