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Lovemarks: Las emociones venden

Las emociones son intrínsecas a cualquier ser vivo. De hecho, los seres humanos damos mucha importancia a las emociones. Cómo nos sentimos condiciona nuestro comportamiento en todos los terrenos, incluido el de las compras, por lo que podemos decir que las emociones venden.
El poder de las emociones se conoce y se ha utilizado siempre en muchos más terrenos que la vida privada. Muchos movimientos artísticos, culturales o sociales han utilizado el poder de las emociones y los sentimientos para movilizarnos. Pero las emociones no son sólo útiles sólo para crear productos culturales, lo cierto es que cada vez son más tenidas en cuenta en toda clase de ventas. Las emociones tienen un gran peso específico a la hora de tomar decisiones de compra.

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La emoción de la marca

Los consumidores quieren que las marcas les emocionen.Quieren una conexión a un nivel emocional profundo. No quieren mensajes sobre el producto y sus bondades, quieren sentir cosas por los que productos y marcas que consumen. Sentirse unidos, vinculados a una marca. Las “lovemarks”, un concepto que un par de décadas atrás hubiese sido impensable es un fenómeno social imparable. Cualquier marca quiere ser una “lovemarks” y hace lo que sea por conseguirlo.

Para cualquier marca las emociones se han convertido en una de las pocas herramientas que les permite crear vínculos y relaciones duraderas con los consumidores. Ikea es una experta en conseguirlo. Las emociones y sentimientos crean unos vínculos duraderos y profundos, crean una conexión que hace que todo funcione mejor y más fácil, y que sea una relación perdurable en el tiempo.

Por eso, no podemos perder de vista esta relación emocional en nuestra farmacia. Si queremos construir una relación duradera con nuestros clientes, que nos perciban como diferentes frente al resto de farmacias para construir una imagen de marca, toda la experiencia de compra debe ser emocional.

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Tenemos que tener que presente que las emociones afectan muchísimo en la toma de decisiones del consumidor. Más del 40% de los consumidores estarían dispuestos a cambiar el gasto tras una mala experiencia de compra. Esto significa que estarían dispuestos a no volver a comprar en un establecimiento después de una mala experiencia emocional. Si una “marca” no les hace felices, se irán a la competencia.

Este comportamiento altamente emocional se ha ligado habitualmente a la generación conocida como millennials, nacidos entre 1980 y el 2000. Pero no es tan simple. Se ha demostrado ampliamente que los condicionantes emocionales afectan a todos los targets de cualquier edad y condición.

El ser humano es emocional por naturaleza y los sentimientos influyen de gran manera en el comportamiento del consumidor. Siempre habrá compradores más racionales y otros más impulsivos, peor el factor emocional, de un modo u otro, actuará en ambos.

El tema emocional influye, además, tanto en las compras presenciales como en las compras online. Los usuarios digitales abandonan la compra con un margen de 50 milisegundos si estas no se adecuan a lo esperado.

Los proveedores de televisión por cable sólo logran un 8% de recomendación entre sus usuarios, ya que es uno de los sectores que provoca mayor desencanto. Las recomendaciones de un hotel, restaurante, etc. se consiguen en un 90% de aquellos consumidores que se han sentido valorados por el personal de la compañía.

Esta es la realidad de la compra. Compramos y repetimos experiencia, si realmente nos sentimos bien en el terreno emocional. Y nuestra fidelidad y compromiso se dará con aquellas marcas que nos ganen en el terreno afectivo.

Si no sabes como sacarle todo el potencial al uso de las emociones en el proceso de compra en tu oficina de farmacia, desde FarmaFlow podemos ayudarte a conseguirlo. ¡No dudes en ponerte en contacto con nosotros!

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